Dos ciudades completamente diferentes en una sola. Barcelona tiene una cara de día, pero ofrece otra igualmente interesante de noche. Por eso es importante descubrir esta vertiente cuando se viaja a la Ciudad Condal. El ambiente y la espectacular iluminación de muchos enclaves y monumentos son un aliciente muy jugoso para no meterse en la cama antes de tiempo. Las visitas nocturnas en Barcelona no solo se pueden limitar a tomar un cóctel en un bar de moda escuchando buena música.
Existe la posibilidad de realizar recorridos en monumentos simbólicos de la ciudad como las casas Milá y Batlló o deleitarse con el espectáculo de luz y sonido de la Fuente Mágica de Montjuïc. Todo ello con el objetivo de aprovechar al máximo las oportunidades que da una capital infinita como es Barcelona.
Los mejores planes nocturnos: Visitas nocturnas en Barcelona
Hay visitas para realizar a plena luz del día, pero que también se pueden repetir cuando el sol desaparece. Cada vez son más los tours en Barcelona que se realizan de noche aprovechando la magia de este momento y una iluminación singular. Dos de las joyas que el maestro Gaudí dejó en la Ciudad Condal abren sus puertas para los noctámbulos.
La Casa Milá, más conocida como “La Pedrera”, propone una visita guiada por sus estancias. Todo ello se completa con un espectáculo audiovisual en la azotea donde se emplean juegos de luces, colores y sonidos usando las chimeneas como improvisadas pantallas. Por su parte, la Casa Batlló también aprovecha su enorme potencial para completar la visita nocturna con un concierto de música en vivo en su azotea durante los meses de verano.
Una de las visitas nocturnas en Barcelona por excelencia es la Fuente Mágica de Montjuic. Su espectáculo de luz y sonido cautiva a cualquiera que lo contemple. La noche barcelonesa se transforma en hechizante y asombrosa gracias a una cita única. Cada fin de semana son cientos de personas las que rodean la fuente para deleitarse con una de las coreografías acuáticas más impresionantes que se pueden ver en el mundo.
Al margen de las visitas en Barcelona más conocidas cuando cae el sol, también hay otras que suelen pasar desapercibidas, pero que gozan de un interés muy especial. Una de ellas es la iglesia de Santa María del Pi en pleno Barrio Gótico. Durante dos horas existe la opción hacer un recorrido por sus estancias, algunas de ellas imposibles de conocer en otro momento del día. Se trata de una visita con un indudable halo de misterio donde el turista parece trasladarse durante unos minutos al Medievo.
Los miradores de Barcelona son también un buen enclave para disfrutar de la noche. Algunos como los búnkeres del Carmel son más adecuados para el momento del atardecer, pero otros como el Observatorio Fabra son ideales cuando el cielo sólo está poblado por estrellas. En este lugar se realizan diferentes actividades nocturnas para observar el cielo, mientras se puede degustar una agradable cena en los meses de verano o simplemente embobarse con las panorámicas de una ciudad que por la noche brilla con luz propia.
