Si de algo puede presumir Barcelona es de ser una ciudad que se adapta como un guante a las necesidades del viajero. Su amplia oferta cultural y de ocio permite diseñar un sinfín de planes e itinerarios para todos los gustos. No importa si se dispone de sólo dos días o de una semana, porque la esencia de la Ciudad Condal se puede captar de la misma manera. Han oído bien, en sólo 48 horas es posible hacer un recorrido más completo de lo que muchos piensan. Aquí lo vamos a demostrar para alejar los prejuicios de que dos días se quedan cortos en una ciudad tan grande como Barcelona o que las escapadas de fin de semana son exclusivas de pequeñas capitales.
Primer día
Una buena forma de organizarse es dedicar la mañana del primer día a perderse por el Barrio Gótico para descubrir sus secretos. Este viaje en el tiempo por los orígenes de la ciudad no dejará indiferente al visitante. Desde la Catedral de Barcelona se puede iniciar un itinerario que transcurra por la misteriosa calle del Bisbe, la bella plaza de San Felipe Neri y desembocar en la de Sant Jaume, donde contemplar las sedes de la Generalitat y del Ayuntamiento.
El recorrido puede continuar por otro de los puntos clave del Barrio Gótico, la plaza del Rei, donde bien merecerá la pena pasar unos minutos embelesados en los edificios góticos y renacentistas que la componen. Desde ahí se llega, por la calle Argenteria, a la Basílica de Nuestra Señora del Mar, una joya arquitectónica con una luminosidad sin igual.
Una buena opción para la tarde es recorrer de arriba abajo la mundialmente conocida Rambla, la artería con más vida de la ciudad y en la que es obligado hacer paradas en el Gran Teatro del Liceo y en el histórico Mercado de la Boquería. Para poner el colofón al día es una estupenda idea relajarse junto al mar en el Port Vell, no sin antes hacer un alto en el Monumento a Colón y en la Basílica de la Merced.
Segundo día
Barcelona no se puede entender sin Gaudí y viceversa. Por lo tanto dedicar una jornada a admirar el legado del genial arquitecto catalán es una obligación y una devoción. Una buena opción para hacerlo es subirse al Bus Turístico de Barcelona que hace un completo recorrido por el paseo de Gracia, epicentro del modernismo, gracias a sorprendentes construcciones como la Casa Batlló y la Casa Milá (La Pedrera). Además, se desplaza hasta la Sagrada Familia, obra cumbre del arquitecto nacido en Reus.
Durante la tarde de la segunda jornada el visitante se puede seguir empapando de Gaudí con una visita al Parque Güell, o hacer una ruta por los ecos de aquella Barcelona olímpica de 1992 subiendo hasta la mágica montaña de Montjuic. Allí, además de disfrutar de las mejores vistas de la Ciudad Condal, puede ver su Fuente, el Estadio Olímpico, el Palau Sant Jordi y las piscinas Picornell, entre otras infraestructuras.
En los hoteles de la cadena HCC les ofreceremos información de todos los itinerarios y opciones para aprovechar al máximo la visita a Barcelona y así demostrar que nunca dos días en una ciudad dieron tanto de sí.