Es difícil imaginar Barcelona sin la influencia del modernismo. A este movimiento artístico le debe sus principales reclamos turísticos como la Sagrada Familia, el Palau de la Música Catalana o el Parque Güell, pero además ha configurado la estructura y el paisaje de una de las zonas más bonitas de la ciudad condal, el Quadrat D’or, en el Barrio del Ensanche.
Pasear por el Barrio del Ensanche – Eixample en catalán – es reconocer el pasado histórico de Barcelona y adentrarse en edificios y casas señoriales modernistas donde poder contemplar su espectacular decoración caracterizada por materiales tan dispares como la cerámica, el hierro o el vidrio y las decoraciones florales. Pero especialmente significativo es el denominado Quadrat D’or que abarca la zona del Paseo de Gracia, de la calle Aribau a el Paseo de Sant Joan, las Rondas de la Universidad y Sant Pere y la Avenida Diagonal, donde se concentran la mayor parte de los edificios modernistas de la ciudad diseñados por Antonio Gaudí, Domènech i Montaner y Puig i Cadafalch.
1.854, el origen del Ensanche
Barcelona experimenta un espectacular crecimiento y necesita expandirse más allá de las murallas. Una Real Orden en 1.854 autorizó el derribo de las murallas para comenzar a construir la reforma ideada por Ildefonso Cerdá, conocida con el Plan Cerdá, en un zona militar estratégica para crear un barrio acomodado.
La burguesía catalana escogió el Ensanche, caracterizado por una estructura cuadriculada y abierta, para construir sus lujosas casas diseñadas por los arquitectos más famosos del modernismo catalán. El interior deja entrever el lujo y el estilo de vida de la burguesía catalana a principios de siglo. Las fachadas plasman los elementos más característicos de maestros de la talla de Gaudí, Domènche i Montaner o Puig i Cadafalch donde las vidrieras de colores, el hierro forjado y las formas onduladas son los protagonistas.
Las familias acomodadas competían por tener la casa más lujosa y extravagante creando así un barrio casi de fantasía. Fruto de esa competencia, también trasladada a los arquitectos, podemos contemplar edificios tan singulares como la Casa Fuster, la Casa Comalat, la Casa Ametller o la Casa Lleó Morera. Sin olvidar, por supuesto, sus joyas más conocidas: la Casa Batlló y la Casa Milà.
Pasear por Quadrat D’or del Barrio del Ensanche es contemplar las obras de un museo al aire libre para dejarse llevar por las formas, colores y la magia del modernismo.