Cualquier época del año es buena para visitar la bellísima comarca de Berguedá, pero si hay que quedarse con un momento concreto ese es el otoño. Durante esta estación, este rincón del Prepirineo adquiere un color especial y se produce una estupenda paradoja: cuando muchas especies arbóreas quedan desnudas por la caída implacable de sus hojas, la vitalidad natural del Berguedá parece alcanzar sus mayores cotas. Es como si se caminara por un paisaje de cuento donde se puede disfrutar de un amplio abanico de tonalidad de colores. Un espectáculo que se completa con la riqueza micológica de la comarca, donde si hay un poco de suerte es posible localizar algunos ejemplares de especies muy cotizadas. Son los ingredientes perfectos para una escapada a este rincón del norte de la provincia de Barcelona. Un estupendo “campamento base” para poder conocer los secretos de uno de los espacios naturales más impactantes de Cataluña.
Los aficionados a la micología que conozcan bien las especies existentes pueden probar suerte mientras caminan por algunos de los bellos parajes del Berguedá. En este caso, todo depende de si las condiciones climatológicas han sido las adecuadas para que aparezcan los hongos. No hay que desesperarse si la búsqueda es infructuosa ya que lo importante es adentrarse por algunos de los senderos señalizados. Eso sí, no hay que olvidar un buen chubasquero ya que el otoño en el Berguedá es lluvioso aunque precisamente esta agua es la que consigue que el paisaje luzca tan espectacular.
Los que quieran disfrutar del mundo de la micología desde otra perspectiva, el otoño en la comarca barcelonesa trae consigo mercados y fiestas con las setas como protagonistas. Los municipios de Berga, La Pobla de Lillet, Vilada, Guardiola de Berguedá y Cal Rosal acogen celebraciones con muestras de setas, concursos, charlas, etc. Una forma de conocer mejor la micología de una manera didáctica y divertida. Pero si el objetivo es llevarse algunos ejemplares para casa sin tener que volverse loco dando vueltas por el campo, lo mejor es acercarse a los mercados que se celebran en algunas de estas localidades como Cal Rosal, Guardiola de Berguedá y la propia Berga.
Al mismo tiempo, numerosos restaurantes de la comarca celebran jornadas micológicas e incluyen en sus menús de otoño platos elaborados con las setas de la zona. Una forma de degustar sobre el terreno los frutos de la recolección de los boletaires, como se denomina en Cataluña a los buscadores de estos apreciados productos de la naturaleza.
Se trata de un aliciente muy sugerente para acudir a una zona que sirve como puerta de entrada al Pirineo y que ofrece un importante abanico de opciones para disfrutar de la naturaleza. Otra de sus ventajas es que se encuentra a solo una hora en coche de Barcelona y alberga uno de los parques naturales más grandes y atractivos que hay en Cataluña, el de Cadí-Moixeró.
En el hotel HCC Ciutat de Berga el visitante contará con todo tipo de información para aprovechar al máximo su escapada al Berguedá y poder captar la esencia del otoño en un lugar donde la naturaleza se pone el mejor de sus vestidos.