Barcelona posee tantos rincones mágicos que es muy difícil tener que elegir uno de ellos. Es un bendito dilema que demuestra el encanto de una ciudad que da muchísimo de sí. Pero si no queda más remedio que mojarse, entonces hay que decir con claridad que el visitante no se puede quedar sin conocer el Barrio Gótico. Adentrarse en sus calles es trasladarse a los orígenes de Barcelona y a momentos históricos clave que han forjado la personalidad de esta ciudad. El Barrio Gótico se visita con calma, sosiego y sin mirar en ningún momento el reloj. Pero si además se tiene la inmensa fortuna de estar alojado a escasos metros de él para poder llegar caminando sin ningún tipo de problemas, entonces el turista se puede considerar un completo afortunado.
El hotel hcc montblanc brinda esa posibilidad al estar ubicado prácticamente a las puertas del Barrio Gótico, en la Vía Laietana junto a la plaza de Cataluña. Se trata de un lugar estratégico para visitar gran parte de los lugares más representativos de Barcelona sin tener que recorrer grandes distancias o depender del transporte. No solo estamos hablando de su cercanía con el Barrio Gótico, también con Las Ramblas, el Palacio de la Música, el barrio del Born y la playa de la Barceloneta, entre otros puntos clave de la Ciudad Condal.
Cuando se visita una gran urbe como Barcelona que cuenta con una eficiente red de transporte público mucha gente piensa que no pasa nada por alojarse en un hotel que no sea céntrico. Es un argumento válido, pero el encanto de pernoctar en el corazón de la ciudad es una experiencia de ensueño y muy recomendable. El simple hecho de salir a la calle y empaparse con el ambiente y la vitalidad de este rincón de Barcelona bien merece la pena. Desde el hotel hcc montblanc se puede descubrir, tanto de día como de noche, la magia que desprenden algunos de los enclaves más increíbles del Barrio Gótico como la Catedral, la plaza de San Felipe Neri, la calle del Bisbe, la iglesia de Santa María del Pi, el Templo de Augusto y la plaza de Sant Jaume. Es un auténtico lujo poder dar unos cuantos pasos siempre que se quiera y montar en esta “nave del tiempo” que transita por uno de los tesoros más bien guardados de Barcelona.
Pero de nada sirve una estupenda ubicación si el alojamiento no cuenta con unos servicios modernos y unas estancias acogedoras. Hay que recordar que las habitaciones del hotel hcc montblanc fueron reformadas por completo en el año 2014. Además posee un piano-bar en el que relajarse tras un duro día recorriendo Barcelona y cuenta con el restaurante El Racó del Montblanc, un lugar en el que se rinde homenaje a la mejor cocina mediterránea. La piscina al aire libre con solárium durante los meses de verano y la posibilidad de reservar una habitación con una amplia terraza, son otras de las maravillas asequibles que ofrece este hotel. Un fantástico contraste entre la modernidad y servicios de unas instalaciones cuidadas hasta el más mínimo detalle con una ubicación repleta de historia.