Barcelona esconde tesoros de incalculable valor pertenecientes a distintos momentos históricos que hablan del origen y el pasado de la ciudad condal. Uno de esos tesoros es la Catedral de Barcelona, una joya gótica en forma de impresionante templo que alberga en su interior sorprendentes secretos.
Conocida como la Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia, la Catedral de Barcelona ha vivido a la sombra de la Sagrada Familia de Gaudí, a pesar de su importante valor cultural e histórico. Su origen refleja la importancia de un templo del siglo XV – las obras comenzaron en el siglo XIII – edificado sobre una catedral romana, construida a su vez sobre una iglesia visigoda. Es un reflejo de los diferentes estilos arquitectónicos y un viaje por sorprendentes y entretenidas leyendas de la ciudad.
El exterior
En la parte exterior, las gárgolas llaman la atención por su macabro aspecto. Además de representar animales fantásticos como unicornios, brujos, malos espíritus o elefantes, su función es verter el agua de la lluvia de los tejados. En la Plaza Sant lu, en la calle dels Comtes, se puede observar la puerta más curiosa y enigmática. A pesar de estar situada a un altura aproximada de un tercer piso, la puerta conduce al vacío. La explicación la encontramos en los restos de la fachada que dejan entrever el derribo de un puente que conectaba con la catedral. El Rey accedía directamente al templo atravesando el puente para evitar juntarse con el pueblo.
El interior
Adentrarse en la Catedral es sumergirse en uno de los iconos del gótico catalán para descubrir un remanso de paz y religiosidad que alberga curiosos y llamativos secretos. Guarda tesoros tan valiosos como la sillería de madera del coro, la cripta de Santa Eulalia o el claustro cuya parte central está ocupada por un jardín de magnolios y palmeras.
Pero si algo llama la atención, no es la grandiosidad de sus árboles sino un estanque con 13 ocas blancas atribuidas a diferentes leyendas. La primera se remonta a la época de la construcción de la catedral cuando allí residía un guardián que convivía con ocas. El graznido de las ocas alertó de la presencia de intrusos evitando un robo en el templo.
La hazaña de las ocas les sirvió para ganarse cobijo a partir de ese momento. Otra leyenda asegura que las trece ocas representan los 13 martirios aplicados a Santa Eulalia por negarse a renunciar a su fe durante la época romana. Otro enclave de obligado paso es la fuente de Sant Jordi matando al dragón, ubicada en el patio central. Es tradición arrojar una moneda a la fuente para pedir un deseo y tener suerte.
Las modalidades de visitas y los horarios a la Catedral varían en función del día de la semana y la época del año. En HCC Hoteles les ofrecemos toda la información necesaria para que pueda conocer los secretos de esta joya del gótico catalán.