Pocos han sabido entender y trasladar la magia de la naturaleza a la arquitectura como Antonio Gaudí. El maestro catalán se inspiró en las formas y en los colores de la naturaleza para crear sus obras. La Sagrada Familia es sin duda la obra que mejor representa el juego de luces y colores que solo un maestro como Gaudí podía trasladar de la naturaleza a la arquitectura. La sinfonía de colores creada por el arquitecto catalán en la Sagrada familia convierte la visita al templo en una experiencia completamente diferente en función de la hora del día.
La Sagrada Familia es el monumento más representativo de Barcelona. A pesar de que inicialmente el proyecto fue encargado a Josep Maria Bocabella y varios arquitectos plasmaron su estilo en el templo, probablemente la Sagrada Familia no disfrutaría del reconociendo actual sin la genialidad de Antonio Gaudí. El arquitecto catalán asumió las riendas del proyecto en 1.883 y aunque respetó las ideas de sus predecesores, realizó importantes modificaciones que la han convertido en la mejor sinfonía de colores recreada en un edificio.
Gaudí quiso convertir la Sagrada Familia en “el templo de la luz armoniosa”. La luz juega un papel fundamental en el interior y exterior del templo creando luces, sombras y colores que evocan la espiritualidad. En las tres fachadas principales el arquitecto jugó con la luz del sol para causar diferentes sensaciones. La fachada de la Natividad plasma la alegría y la vida del nacimiento de Jesús gracias al reflejo de los primeros rayos del sol en los pináculos. Todo lo contrario sucede en la fachada de la Pasión donde el sol de poniente produce sombras y escasez de luz que invitan al sobrecogimiento y enfatiza el carácter rudo y duro de la fachada. El esplendor vuelve a tomar el protagonista en la fachada de la Gloria gracias al sol del mediodía que se refleja en las 16 linternas del porche e invita a entrar en el interior del templo.
En el interior de la Sagrada Familia, Gaudí concedió todo el protagonismo a los juegos de luces y a las grandes columnas cuyo volumen parece aún mayor gracias a la luz que entra por las claraboyas y los grandes ventanales. Las columnas recuerdan a los árboles de un bosque creando un juego de colores invita al rezo y a la oración. Este juego de colores no hubiera sido posible sin las manos sabías de Joan Vila Grau quien es el encargado de las vidrieras de la Sagrada Familia y que ha sabido crear “el templo de la luz armoniosa” que soñaba Gaudí.
En las primeras horas del día, gracias a que el sol entra por el este, en el interior del templo predominan los colores fríos, cediendo todo el protagonismo a los tonos verdes y azules; mientras que por las tardes los ocres y naranjas invaden la Sagrada familia para crear un clima cálido. En la parte central, los cristales transparentes permiten la entrada de una luz blanca y limpia que refleja la pureza e ilumina el templo hasta diluirse poco a poco entre los colores de la naturaleza para convertirse finalmente en una luz más oscura en la parte inferior e imitar el efecto del sol en un bosque.
Está previsto que la Sagrada Familia esté finalizada en el 2.026. Pero cada visita al templo permite ser testigo directo de la evolución de la Sagrada Familia. En HCC Hotels les daremos cumplida información de los horarios y tipos de visitas para que puedan disfrutar con la mejor sinfonía de colores creada por Gaudí.