El otoño es para muchos una estación triste y llena de melancolía. El buen tiempo del verano ya es historia, las hojas de los árboles se caen irremediablemente y los días son más cortos. Parece que todo es negativo, pero nada más lejos de la realidad. El otoño es una época perfecta para hacer determinadas escapadas, por ejemplo a Barcelona. Las razones son muchas y poderosas: el clima sigue siendo muy agradable, no hay grandes aglomeraciones, los precios de los alojamientos se moderan y hay un sinfín de actividades culturales y de ocio programadas. Son motivos de peso que dejan en anécdota los estereotipos negativos que siempre se tienen del otoño. Al menos en Barcelona, esta época se convierte en el momento ideal para visitarla y descubrir sus encantos.
Los que son poco amigos del calor y las temperaturas muy elevadas, pero al mismo tiempo huyen del frío y de ir abrigados de arriba a abajo, tienen en el otoño un periodo idóneo para hacer su escapada a Barcelona. Hasta casi el mes de diciembre, los termómetros llegan incluso a los 20 grados y no suelen bajar de los 10. Unos valores perfectos para pasear por la ciudad cómodamente e incluso poder disfrutar de los rayos del sol en algunas terrazas y parques.
No cabe duda de que el tiempo juega a favor de la ciudad condal para visitarla en otoño, pero también hay otros factores decisivos. Normalmente la mayoría de los turistas huyen de las grandes aglomeraciones, por lo que una escapada a la capital barcelonesa en esta época del año garantiza cierta tranquilidad en este aspecto. Turistas y ambiente siempre hay, pero difícilmente el visitante tendrá una sensación de agobio en los lugares a los que acuda. Esto ayuda a aprovechar mejor el tiempo y exprimir la esencia de algunos de los puntos más visitados de Barcelona como, por ejemplo, la Sagrada Familia.
Otra baza importante de la ciudad en esta estación son los precios. Tanto los alojamientos como los billetes de avión para llegar hasta Barcelona se convierten en más asequibles que en otros momentos del año. Una ventaja para poder alargar la estancia en la capital o permitirse el lujo de alojarse en un hotel céntrico y moderno que permita moverse mejor y poder llegar caminando a muchos de los rincones que se quieren visitar.
Pero Barcelona en otoño también es cultura y ocio. La música, el teatro, las exposiciones y los festivales y fiestas se suceden. Lo complicado será quedarse con alguna de las actividades programadas.
Y para completar este cóctel repleto de atractivos no se puede pasar por alto la bucólica y nostálgica imagen que ofrecen los parques de la ciudad. La caída de las hojas y la tonalidad de colores que va desde el amarillo hasta el marrón pasando por el ocre es todo un espectáculo natural y el perfecto antagonista del verde de la primavera.
Barcelona en otoño es todo menos triste y son muchos los alicientes para que se convierta en una escapada inolvidable que dé un carácter especial a este estación del año.