El hotel hcc montblanc alberga un lugar en el que se rinde homenaje a la mejor cocina mediterránea en un ambiente tranquilo y seductor. Se trata del Racó del Montblanc, un restaurante que ejemplifica a la perfección las delicias gastronómicas que se pueden encontrar en la siempre sorprendente Barcelona.
Si por algo se caracteriza el Racó del Montblanc es por el uso de productos frescos y de mercado para elaborar un menú diario que se puede degustar a un precio muy competitivo. El establecimiento aúna los sabores característicos y reconocibles de la internacionalmente conocida dieta mediterránea con dosis de modernidad y vanguardia que tanto buscan los comensales del siglo XXI.
Carpaccio de buey con virutas de Idiazábal y rúcula, suprema de salmón a la pimienta, magret de pato al Oporto con dados de piña caramelizada o bocaditos de solomillos al brandy con endivias a la plancha son solo algunos ejemplos de los platos que elabora el restaurante con materias primas de primera calidad. Todo ello en un clima ideal para una cena romántica, una comida familiar o un encuentro con amigos.
Música en directo
Este ambiente cercano y agradable que ofrece el Racó del Montblanc adquiere una mayor intimidad en las noches de los viernes y los sábados gracias a la música en vivo interpretada por un pianista. El paisaje idóneo para que una cena se transforme en una velada inolvidable.
Su privilegiada ubicación, cerca de puntos emblemáticos de la Ciudad Condal como La Rambla, el Barrio Gótico o la plaza de Cataluña, lo convierten en un lugar frecuentado tanto por barceloneses como por turistas.
Si el tiempo acompaña, el restaurante pone a disposición del cliente durante los meses de verano una amplia terraza al aire libre y un aparcamiento gratuito en el mismo edificio. No se puede pedir más.
El Racó del Montblanc es el mejor tributo que se le puede hacer a la cocina mediterránea, esa que posee el nada desdeñable reconocimiento de haber sido declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Su importante valor nutricional, gracias al uso de productos frescos y de calidad, convierten a esta dieta en un sinónimo de salud. Son razones de peso para que la apuesta por este tipo de gastronomía sea decidida y más en una ciudad como Barcelona, que es uno de los lugares en los que más se potencia este lujo para el paladar.