Si haces un viaje y tu intención es descubrir Barcelona tienes una tarea apasionante ante ti. La ciudad condal tiene mil facetas, secretos y atractivos que están esperando a ser descubiertos, claro está. Y existen varias maneras de hacerlo: paseando, perdiéndose en sus calles, admirando sus monumentos, sus mercados o disfrutando de su gastronomía y las diversas manifestaciones culturales de una ciudad poliédrica como pocas.
O sencillamente, mezclándote entre sus habitantes y empapándote del carácter de una de las ciudades más cosmopolitas y abiertas de España. También puedes admirar sus impresionantes vistas, si te dejas caer por alguno de los miradores de Barcelona. Si, a pesar de todo ello, eres alguien de «altos vuelos» y quieres apreciar la grandeza de una ciudad inimitable, te recomendamos que utilices el Telefèric de Montjuïc.
¿Qué ver en Montjuïc?
La montaña de Montjuïc es la única elevación geográficamente importante de toda la ciudad de Barcelona, además del Tibidabo. Esta posición estratégicamente ventajosa ha hecho de Montjuïc un puesto de vigilancia de importancia militar incuestionable desde la época medieval. Con el paso de los siglos, este uso bélico ha perdido su original utilidad, aunque se ha trasformado con el paso del tiempo y ha mutado en uno de los centros turísticos de mayor interés, para quienes desean descubrir Barcelona.
Ha sido durante el siglo XX, cuando ha explotado todo su potencial ya que, tanto la Exposición Universal de 1929, como los Juegos Olímpicos de 1992 han permitido su desarrollo. El visitante podrá conocer la Fuente Mágica de Montjuïc, el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Jardín Botánico o la Fundación Joan Miró, entre otros puntos de interés.
El Telefèric de Montjuïc, una forma privilegiada de «dominar» toda Barcelona
El transbordador aéreo — comúnmente conocido como Teleférico — de Barcelona fue ideado por Carles Buigas, Ramón Calzada y Josep M. Roda en 1926. Conecta Miramar, en la ladera del monte de Montjuïc, con el puerto de Barcelona. La utilidad original del Telefèric de Montjuïc era conectar la Exposición Universal de 1929 con su sección marítima y, desde entonces, es una de las mejores maneras de obtener las panorámicas más impresionantes de la ciudad.
Además de las increíbles vistas generales, el Telefèric de Montjuïc realiza distintas «paradas técnicas» para que sus usuarios, además de disfrutarlas, puedan sacar el máximo partido visitando algunos enclaves históricos y turísticamente relevantes a lo largo de todo su recorrido. En la Parada de Parc de Monjuïc el turista o el usuario puede acceder al Museo Nacional de Arte de Cataluña, al Poble Espanyol o a la Fundación Joan Miró, además de estar muy cerca de uno de los espacios históricos más emblemáticos de Barcelona ‘92: el anillo olímpico.
Si no deseas acometer la agotadora ascensión hasta el castillo de Montjuïc, el Telefèric te lo pone fácil, porque en sus inmediaciones también hace una de sus paradas. Si quieres hacer el camino de vuelta a pie — bastante más llevadero — te aconsejamos que hagas sucesivas paradas en algunos de los jardines de Montjuïc: el Botánico de Barcelona, el Joan Brossa o los jardines de Mossèn Cinto Verdaguer.
La parada del Mirador, desde donde podrás disfrutar de las mejores vistas de Barcelona, también te permitirá conocer de cerca algunas de las más frondosas y atractivas zonas verdes de Montjuïc. No sólo podrás descansar. También podrás descubrir plantas que muy probablemente desconozcas y disfrutar de los mejores miradores de Barcelona y sus coquetas terrazas. Cabe destacar el Mirador del Alcalde, los jardines de Miramar y los jardines de Mossèn Costa i Llobera.