Barrio Gótico, Barcelona
La plaza de Catalunya es reconocida como el punto de encuentro predilecto tanto para ciudadanos de Barcelona como para las personas de fuera de la ciudad gracias a su céntrica ubicación.
Fue inaugurada en 1927 por el rey Alfonso XII y ocupa 48.500 metros cuadrados. Desde entonces, ha sido testigo de innumerables eventos, reuniones y momentos que han dejado huella en la memoria colectiva.
Rodeada de seis esculturas majestuosas, representan las cuatro capitales catalanas, el trabajo y la sabiduría.
En un extremo destacado de la plaza, se erige el emblemático monumento al presidente Francesc Macià. Esta obra de Subirachs no solo rinde homenaje al icónico líder catalán, sino que también refleja el arte y el diseño que caracterizan a Barcelona.
La plaza ocupa un antiguo solar de un convento de capuchinos que se destruyó en 1835.
Antes de convertirse en plaza el lugar albergó un teatro vibrante. Sin embargo, con la construcción del Gran Teatro del Liceu en 1847, se tomó la decisión de erigir una plaza majestuosa, obra del arquitecto Francesc Daniel Molina i Casamajó, destinada a las familias burguesas y acomodadas de la zona.
En medio de la plaza Real se sitúa la famosa fuente de ‘Las Tres Gracias’, diseño de Antoni Rovira i Trias y dos majestuosas farolas de seis brazos diseñadas por Antoni Gaudí. Mientras las palmeras reales añaden un toque exótico al entorno.
Es la única plaza porticada de la ciudad, hecho que la hace de las más distinguidas de Barcelona.
La Plaza Real es un moderno punto de reunión bohemio. Desde su renovación en 1982, se ha convertido en el epicentro de la vida nocturna de Barcelona. Los porches circundantes albergan una variedad de bares, restaurantes y algunos de los locales nocturnos más populares de la ciudad.
En 1823, esta plaza experimentó una reurbanización, siendo conocida anteriormente como plaza de la Constitución. Hoy, la plaza Sant Jaume es el hogar de dos de los edificios más significativos de Barcelona: el Palau de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona.
La plaza ocupa el sitio del antiguo foro romano de la ciudad, donde se cruzaban las calles Cardo (actuales calles Llibreteria y del Call) y Decumanus (las calles del Bisbe, Ciutat y Regomir). Si caminas desde la Catedral, podrás acceder a la plaza por la calle del Bisbe, la cual está flanqueada por dos torres romanas.
Una de las joyas arquitectónicas que no te puedes perder es el puente gótico falso que se alza en medio de la calle. Construido en 1928 por el arquitecto Joan Rubió i Bellver, este puente conecta el Palau de la Generalitat con la Casa dels Canonges.
La plaza Universidad se erige como un punto de encuentro esencial para locales y turistas por igual. Rodeada por algunas de las principales arterias de la ciudad, como la Gran Via de les Corts Catalanes y Ronda Universitat, Tallers, Ronda St Antoni y Pelai. Esta plaza es el nexo entre la rica historia y la vida contemporánea de la capital catalana.
El nombre de la plaza se debe a la ubicación de uno de los más representativos de Barcelona: la Universidad Central de Barcelona. Diseñada por el reconocido arquitecto Elies Rogent, esta maravilla arquitectónica es un claro reflejo del románico catalán, un estilo que ha dejado una huella indeleble en la historia de la región.
Diseñada por el renombrado Puig i Cadafalch con motivo de la Exposición Universal de 1929, optó por un estilo clásico entrelazado con influencias barrocas, pensadas para cautivar a los visitantes. La plaza se convirtió en puerta a la Feria de la ciudad (Fira de Barcelona).
En el centro de este majestuoso espacio, la Fuente de los Tres Mares diseñada por el arquitecto Jujol se levanta simbolizando los tres mares que rodean la península Ibérica. Las torres venecianas, que son una copia de las de la Plaza de San Marcos en Venecia, te encaminan hacia la Avenida de María Cristina. Al final de la avenida se encuentra el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Para quienes buscan comercio, restauración y entretenimiento, la antigua Plaza de toros las Arenas se ha transformado en un moderno centro comercial. Desde su mirador, Barcelona se despliega a tus pies, permitiendo que tu vista la envuelva por completo. Y no muy lejos, la Fira de Mostres se posiciona como el escenario de algunas de las ferias más relevantes de la ciudad.
Barcelona está llena de lugares icónicos, pero pocos tan emocionantes y cargados de historia como la Plaza Sant Felip Neri. Enclavada en el corazón del barrio Gótico, esta plaza te transporta a través del tiempo.
Famosa por su iglesia barroca, diseñada por Pere Bertran, es un ejemplo del contra reformismo de la época. Pero no es solo su belleza arquitectónica lo que atrae a los visitantes, durante la Guerra Civil, la plaza fue escenario de trágicos acontecimientos que dejaron cicatrices aún visibles en la iglesia. Su historia y la reconstrucción llevada a cabo por Adolf Florensa i Ferrer la convierten en un testimonio viviente del pasado de Barcelona.
Como nota curiosa, la Plaza ha sido escenario de producciones como “El perfume” y el videoclip de la canción “My Immortal” de Evanescence. Por lo que no solo atrae a amantes de la historia, sino también a aficionados del cine y la música.
La fuente octogonal, obra de Joaquim de Ros i de Ramis, ha visto dos estatuas de san Felipe Neri desaparecer misteriosamente desde su inauguración en 1963.
Se trata del antiguo cementerio de la iglesia de Santa Maria del Mar, homenaje silente a los caídos durante la guerra de Sucesión de 1714. Este lugar cargado de historia y simbolismo, toma especial relevancia durante la celebración de la Diada, la Fiesta Nacional de Catalunya.
En 1989, la arquitecta Carme Fiol se encargó de remodelar el espacio adquiriendo el aspecto actual. Más tarde, en 2001, se erigió el pebetero, diseñado por Alfons Viaplana con el que se rinde un homenaje eterno, al estar siempre encendido, a aquellos que cayeron y fueron enterrados en este lugar durante la guerra.
Al fondo de la plaza se ubicó una placa conmemorativa, a la sombra de las moreras, con la que se hace referencia a un episodio del asedio.
Al adentrarte en el barrio Gótico de Barcelona, la plaza del Pi emerge como un rincón mágico que captura el espíritu de la ciudad. Esta plaza es conocida por el pino situado en el mismo centro del espacio y por la iglesia del Pi, de estilo gótico catalán. Su campanario de 54 metros de altura ofrece unas vistas de 360 grados de Barcelona, un panorama inigualable que, según los entusiastas de la arquitectura gótica, es imprescindible. En su fachada destaca el rosetón reconstruido por Josep Maria Jujol, se trata del más grande de Cataluña.
Si te gustan los detalles únicos y con tradición cada quince días, el colectivo de artesanos de la alimentación organiza una feria gastronómica en la que podrás deleitarte con productos típicamente catalanes, desde quesos hasta exquisitos vinos. Y en los alrededores puedes encontrar artistas bohemios, sobre todo pintores que exponen sus trabajos en la plaza de Sant Josep Oriol, justo al lado de la plaza del Pi.
Ubicado en el corazón del vibrante distrito de Ciutat Vella, el barrio Gótico de Barcelona es un testimonio viviente de la increíble historia que ha moldeado la ciudad. Esta zona es el núcleo más antiguo de la ciudad y su centro histórico corresponde en gran parte a Barcino, la antigua ciudad romana.
Mientras paseas por sus estrechas calles empedradas, no puedes dejar de admirar la majestuosidad de la catedral de Barcelona o perder la oportunidad de visitar la basílica dels Sants Màrtirs Just i Pastor, una de las joyas más antiguas de la ciudad. Y si lo tuyo es el arte y la cultura, el Museo de Historia de Barcelona, ubicado en la Casa Padellàs, te ofrece una visión única de la evolución de la ciudad desde Barcino hasta la modernidad.
La Via Laietana divide el barrio Gótico y El Born, otra zona histórica que merece tu atención. Desde aquí, puedes acceder fácilmente al Mercado de la Concepció o disfrutar de una tarde musical en el Conservatorio Municipal de Música de Barcelona.
La Sinagoga Mayor, uno de los monumentos locales más emblemáticos, se erige en el corazón de El Call como testigo de la completa historia medieval de Barcelona. Considerada la sinagoga más antigua de Europa, su arquitectura y su historia transportan al visitante al apogeo de la comunidad judía en la ciudad. No muy lejos de allí, el MUHBA El Call, parte del prestigioso Museo de Historia de Barcelona, relata la vida y legado de figuras icónicas como Shlomo Ben Adret.
Mientras paseas por El Call, presta atención a los detalles: en la Calle de Marlet, donde se encuentra una lápida judía del siglo IX, y en calles como la del Arc de Sant Ramon del Call, aún es posible observar los orificios donde se colocaban las “mezuzah”, testimonios del profundo vínculo entre la Torá y la vida cotidiana de la comunidad.
Antiguamente se trataba del municipio de Gracia formado por algunas masías, tres conventos y algunas torres que servían de segunda residencia de la burguesía que se unió a Barcelona en 1897.
Plazas como la plaza del Diamant y la plaza de la Vila de Gràcia, con su torre del reloj y el antiguo ayuntamiento, narran cuentos de tiempos pasados, mientras que la rumba catalana resuena en sus calles, mostrando la pluralidad cultural de la ciudad.
Cada plaza del barrio de Gràcia es un núcleo de vida social y lúdica, desde jóvenes reunidos en la Plaza del Sol hasta el bullicio de las conocidas fiestas del barrio de Gràcia, en agosto ¡es una experiencia inigualable!
El origen de Sarrià data del año 986, mencionado antiguamente como “Sirriano”. A lo largo de los siglos, el barrio ha sido testigo de la prosperidad y el legado arquitectónico de la burguesía catalana. Caminar por sus callejones es como viajar en el tiempo, donde edificaciones como la Casa Orlandai y el Mercado de Sarrià resaltan su esencia modernista. No olvides visitar el Colegio de las Teresianas, una obra maestra diseñada por el renombrado Gaudí.
Desde la concurrida plaza de Francesc Macià, que actúa como un nexo entre varios barrios, es fácil explorar la ciudad. Aquí, la historia se fusiona con la modernidad, y los jardines del Turó Park ofrecen un respiro del bullicio de la ciudad.
El barrio de les Corts elegante y repleto de historia es de los más frecuentados al encontrarse en él el campo de fútbol del FC Barcelona, el Spotify Camp Nou, actualmente en pleno proceso de restauración.
La parte más antigua del barrio conocida como barrio viejo incluye los edificios más representativos como el Ayuntamiento, la iglesia de Sta María del Remei, la biblioteca de Can Rosés y el centro cívico de Can Déu.
Situado en el corazón de Barcelona, el barrio del Raval te invita a embarcarte en un viaje que mezcla lo antiguo con lo contemporáneo. Los callejones de El Raval han sido testigo de siglos de historia, desde las revueltas proletarias hasta la arquitectura industrial que definió la identidad del barrio.
Entre estos edificios históricos, destaca el de la fábrica Bonaplata, que representa la historia industrial de Barcelona. Al caminar, es fácil sentirse transportado a una época donde los conventos dominaban el paisaje, y donde el barrio ganó su apodo, barrio chino, debido a su atmósfera única.
Para aquellos interesados en la cultura moderna, El Raval no decepciona. Alberga dos joyas: el CCCB y el MACBA, museos que reflejan las tendencias actuales del arte y la cultura. No muy lejos, el Gran Teatro del Liceo se erige como testimonio de la tradición musical de la ciudad.
Los amantes de la gastronomía y la vida nocturna encontrarán locales que evoquen el vibrante pasado de El Raval. Y si te aventuras un poco más, la Rambla del Raval te ofrecerá un ambiente cosmopolita, ideal para disfrutar de una tarde relajada.
Después de explorar el Raval, no te olvides de visitar la Biblioteca de Cataluña, un verdadero patrimonio de la zona que te sumergirá aún más en la historia y cultura de Barcelona.
El Barrio de Sants, en el corazón de Barcelona, es una joya cargada de historia y vitalidad. Originalmente conocido como Santa Maria de Sants, este barrio floreció como epicentro industrial, jugando un papel central en el desarrollo de la Barcelona del siglo XIX.
¿Sabías que este barrio fue uno de los principales propulsores del proyecto de Cerdà para el Eixample? Sus calles, como la famosa Avinguda Paral·lel, narran la historia de una Barcelona industrial que se transforma constantemente. En particular, destaca la fábrica textil Vapor Vell, reconvertida en biblioteca y escuela en el 2001.
Una visita al barrio de sants no está completa sin pasar por la estación ferroviaria Barcelona – Sants, nexo principal de Cataluña con destinos como Madrid, gracias al AVE, el tren de alta velocidad, y el Euromed. Si estás planeando una escapada rápida, desde aquí puedes llegar a encantadoras poblaciones costeras como Sitges y Castelldefels, o aventurarte hacia la Costa Brava y visitar lugares como Figueres, hogar del Teatro Museo Dalí.
En cuanto al comercio, el eje Creu Coberta – Carretera de Sants es el corazón palpitante de la actividad comercial. No te pierdas el Mercado de Hostafrancs, uno de los mercados más antiguos de la ciudad, ubicado en una de las principales arterias del barrio.
Para aquellos que buscan un respiro, el Parque de l’Espanya Industrial es un testamento de cómo Barcelona ha transformado sus espacios industriales en áreas verdes para la población. Aquí, puedes ver las imponentes “torres faro” y hasta un dragón de metal diseñado por el escultor Andrés Nagel. Si eres amante del arte, asegúrate de visitar las esculturas del “Neptú” y la “Venus”, legados de la Exposición Internacional de 1929.
En el corazón de Barcelona, entre la montaña de Montjuïc y El Raval, yace el Poble-Sec. Antiguamente un espacio de uso en la Edad Media, este barrio obrero se ha transformado en un punto neurálgico de vida cultural y locales de ocio.
En el pasado, Poble-sec fue esencialmente agrícola, con actividades manufactureras destacadas en Les Hortes de Sant Bertran. Pero, con el paso de los años, este barrio se asoció con la vibrante vida de la Avenida Paral·lel, teniendo teatros tan emblemáticos como El Molino, Apolo, Condal, y Victòria. Estos lugares le dieron un aire similar a Montmartre y Broadway.
Hoy, al pasear por la calle de Blai, te encontrarás con una pequeña rambla llena de bares, comercios y su famosa oferta gastronómica. Y si caminas un poco más, llegarás a la plaza del Sortidor, donde en sus tiempos, el joven Joan Manuel Serrat deleitaba con su música.
