Visitar la Basílica de Santa María del Mar es hacer un recorrido por la historia de los bastaixos. Hombres fuertes y valientes que, con su esfuerzo físico y sus largas horas de trabajo, transportaron cada piedra de la Iglesia de Santa María del Mar y contribuyeron al desarrollo del comercio marítimo de Barcelona. Su labor, junto con el trabajo de los vecinos del Barrio de la Ribera y los trabajadores del mar, fueron fundamentales para levantar una iglesia de singular belleza que nos traslada a la Barcelona más marítima, a la Barcelona del pueblo, a la “otra catedral”.
Su construcción coincidió en el tiempo con la Catedral de Barcelona. Pero a diferencia de la Catedral de Santa Eulalia, que representa a la burguesía, a la nobleza y al clero; la Basílica de Santa María del Mar de Barcelona representa al pueblo. Un pueblo humilde pero próspero que unió sus fuerzas para levantar un templo cargado de fe y representatividad. Una iglesia donde honrar a la virgen de los pescadores y un símbolo del esfuerzo físico y económico del pueblo para levantar su “catedral”.
Santa María del Mar y Los Bastaixos
Durante 54 años los bastaixos transportaron, desde la cantera real de Montjuïc y desde el Puerto de Barcelona hasta la Plaza de Santa María, enormes y pesadas piedras durante largas jornadas de trabajo. Su heroicidad es mayor aún si tenemos en cuenta su precaria alimentación basada en pan negro de harina de cebada, legumbres y vino aguado o mezclado con miel. El templo, diseño de Berenguer de Montagut y Ramón Despuig, no sólo representa el sudor y esfuerzo de los bastaixos. Representa la prosperidad de un barrio humilde que vio como sus calles se llenaron de prohombres y comerciantes que encontraron en las aguas del mediterráneo y en el comercio marítimo una fuente de ingresos. Los bastaixos fueron una figura fundamental en el auge del comercio marítimo. Barcelona no contaba con un puerto donde pudieran atracar los barcos. Los navíos se acercaban lo máximo posible a la playa y los bastaixos eran los encargados de descargar las mercancías y transportarlas.
Santa María del Mar destaca por ser ligera y esbelta, sin grandes adornos. Al igual que los hombres que la construyeron, destaca por su sencillez y sobriedad. Recorrer Santa María del Mar es hacer un repaso por la historia de los bastaixos. Sus fechorías y leyendas han dado origen a novelas tan conocidas como “La catedral del mar” de Ildefonso Falcones. Su recuerdo no sólo está plasmado en cada piedra que compone la basílica, también en la puerta principal que conmemora la hazaña de estos hombres en figuras de cobre y en los capiteles que la adornan.
Los bastaixos y los marineros encontraron su refugio en la iglesia que levantaron. Era la casa de su patrona, financiada por la cofradía de los pescadores y construida con sus propias manos. La Iglesia de Santa María del Mar de Barcelona es una de las más queridas por los barceloneses. Su visita es obligatoria para conocer la historia de la “catedral del pueblo” y contemplar una de las iglesias más significativas y hermosas del gótico catalán.