Un deseo casi innato de cualquier viajero cuando visita un determinado lugar es acudir a un mirador. Tener una perspectiva completa y privilegiada. Gozar con unas panorámicas de impresión para regalo de la vista. Sentirse por encima del resto del mundo para hacer fotografías de todas las maneras posibles. Los miradores nunca decepcionan.
Puntos elevados en los que disfrutar de un atardecer sin prisas o simplemente reparar en enclaves que, a pie de calle, pueden pasar desapercibidos. Barcelona presume de contar con varios miradores de excepción, pero quizás el más peculiar y magnético tiene su base en uno de los barrios más auténticos de la Ciudad Condal. Son los búnkeres del Carmel. Un enclave singular con una apasionante historia detrás.
De baterías antiaéreas en la Guerra Civil a uno de los mejores miradores de Barcelona
El mirador de los búnkeres del Carmel se sitúa en una zona conocida como el Turó de la Rovira. Una atalaya privilegiada que no pasó desapercibida para los que, a lo largo de la historia, habitaron estas tierras. Estamos hablando de un punto donde se goza de una vista panorámica de Barcelona de 360 grados. Ideal para anticiparse al enemigo y controlar todo lo que ocurría alrededor. Por este motivo, durante la Guerra Civil española, se instalaron en el Turó de la Rovira una serie de baterías antiaéreas con el objetivo de repeler los constantes bombardeos que sufrió la capital catalana durante la contienda.
Una vez finalizada la guerra, la zona cayó en el más absoluto de los olvidos. Se llenó de barracas donde cientos de personas malvivían. Los Juegos Olímpicos de 1992 hicieron que cambiara la fisionomía de la zona y, casi dos décadas después, los búnkeres del Carmel se rehabilitaron para convertirlos en un atractivo turístico más. Hoy son numerosos los visitantes que se acercan a diario hasta este lugar. En coche, en transporte público o simplemente realizando una caminata por el frondoso y bello Parc del Guinardó.
Una vista panorámica de Barcelona con el Mediterráneo como marco perfecto
Las primeras horas de la mañana o el momento del atardecer con el sol iluminando la silueta de la ciudad, son los mejores momentos para disfrutar del mirador de los búnkeres del Carmel. Es la única atalaya que ofrece una vista panorámica de Barcelona al completo con el Mediterráneo como perfecto telón de fondo.
La imponente Sagrada Familia, Montjuic, el Tibidabo, las perfectas calles cuadriculadas del Eixample, las más irregulares del Carmel, el parque de la Ciudadela… Barcelona al completo queda a los pies del visitante mientras se disfruta de un picnic, una agradable charla, la lectura de un libro o simplemente una buena compañía.
No es de extrañar que los búnkeres del Carmel hayan sido también escenario de cine. De hecho son el decorado natural de una de las escenas más apasionadas de la película “Tengo ganas de ti” protagonizada por Mario Casas. Precisamente a partir de ese momento, la popularidad de este mirador de Barcelona se incrementó y pocos son los que visitan la Ciudad Condal y se resisten a subir a las alturas para sentirse unos auténticos privilegiados.